El bloqueo del artista

Por David, participante de #SocialDonostia, centro de Uba

Se dice que un artista, un dibujante o pintor puede pasar por dos o tres bloqueos fuertes en toda su vida y que no hay cura cierta para ello. Pues bien, yo me enfrento al primero y he de decir que me tenía aterrorizado hasta que oí que son cosas que suceden y suelen ser normales. Lo que os quiero contar es que uno de estos sábados en el FNAC, en un evento en el que gente con capacidades diferentes leyó “La vuelta al mundo en 80 días” aproveché a sacar mi bloc de bocetos y a intentar captar el gesto, aprovechando el momento donde se juntó una mezcla de gente interésante.

He de decir que la hora y media que estuve allá dibujando era como si el bloqueo hubiera desaparecido por completo. Fue una hora u hora y media de una intensidad increíble e hizo que por un momento me olvidara del bloqueo y los trazos fluyeran. Fluyeron con toda naturalidad y espontaneidad, me hizo disfrutar como hacía tiempo que no lo hacía. Simplemente con un trozo de papel y un lápiz, sin importarme nada más que el propio momento de éxtasis que esto generó en mi interior.

Mi ilusión es poder escribir y dibujar una historia hasta acabarla por completo y que esta me satisfaga como persona. Así podré hacer realidad la inquietud que tengo desde hace nueve años donde empezó mi andadura como dibujante. Bien imaginemos por un momento a un político de Roma en el año 100 A.C alzando su mano amenazadora con fuerza, pero sin embargo su entrecejo está hundido y su mirada perdida mirando hacia abajo. Esto crea una contrariedad en ese lenguaje corporal, un choque entre su dedo amenazante y su mirada de derrota. Para que os hagáis una idea a mí con el bloqueo me pasa algo parecido en esa contrariedad de ser el dibujo mi pasión y el no tener ideas para pintar, el dibujar siempre el mismo tipo de cosas hace que mi estado sea pura contradicción. A veces el mensaje que mandamos o nos mandamos se contradice a lo que realmente queremos transmitir. Y eso puede confundir.