Emaús huele a esperanza

Por Begoña Cabaleiro (Directora de Comunicación e Incidencia de Emaús) 

Sin duda, es la mejor definición. Emaús huele a esperanza. Es GENIAL. La reflexión no es mía. Es de una persona que casi a diario nos sigue en el Facebook de Emaús. Prácticamente todos los días pone un mensaje, que, intuyo, le resulta fundamental. Debe ser algo profundo y acaso  por eso, su comentario lo constituye la repetición dia a día, de la misma frase:
«POR UN MUNDO SIN FRONTERAS. JE SUIS MIGRANTE»
Sólo un día, el primer día, cuando lanzábamos la pregunta A QUÉ HUELE EMAÚS  a través de un proceso participativo  para elegir el olor a Emaús, sobre tres muestras, ésta persona  puso un comentario diferente en el facebook de la entidad:  «EMAÚS HUELE A ESPERANZA».

Me quedo con eso.Estamos en Emaús muy disgregados geográficamente, pero también en el mismo territorio estamos dispersos en distintas direcciones postales, en distintos puntos de venta, centros sociales, somos much*s, casi 150 personas. No nos conocemos tod*s, y sin embargo tenemos tantas cosas en común… Compartir y construir entre tod*s nos ayuda a pensarnos como el gran equipo que junt*s constituimos. También nos sirve como excusa para ponernos cara, para enviarnos cartas con olores, para sacarnos de lo rutinario

Uno de los sentidos más poderosos y a la vez más sensible es sin duda el olfato. No sé en qué parte del cerebro un olor es capaz de activarnos las emociones más profundas, incluso recuerdos de la más tierna infancia. La nariz de los seres humanos puede distinguir cerca de 10.000 olores diferentes con una gran capacidad para asociar determinados olores con situaciones concretas incluso de hace muchos años. ¿Quién no ha asociado algún olor con etapas de su niñez o adolescencia? El olor de la borragoma de NATA, el de una muñeca nueva, la naftalina del ropero del pueblo, del grano al llegar en verano a la Solana, las rosquillas con anís y el chocolate a la taza en las frías tardes de invierno, la cocina con olor a refrito de cebolla y pimiento,… El olor es el sentido que más conectado está con nuestros recuerdos emocionales.
Los aromas, cada vez se utilizan más en neuromarketing. Nosotr*s NO queremos construir un olor para vender más. Queremos un aroma que nos impregne la memoria. Un olor capaz de llegar hasta los agujeros negros de la vida y que los llene de esperanza, o… por lo menos, de buenos recuerdos, de goxotasuna, de calidez y de buen humor. Queremos que unas moléculas químicas, en proporción y orden determinados por nuestra elección,  sean capaces de establecer nexos invisibles entre Galicia, Bizkaia, Asturias, Irún, Arrasate, Amara, Pasaia, Errenteria, Loiola, y Belartza. Que nos hagan conscientes del gran equipo que somos.
Los tres aromas con los que hemos realizado los comicios participativos, se basan en aceites naturales y se obtienen a través de la producción local. Parten de una base común: aire limpio. Pero hacen un guiño a la alegría, al futuro, a la juventud. Una pena, pero Internet, que es capaz de entrar por muchos sentidos, carece de dos de ellos fundamentales: el tacto y el olfato. Asi que no podemos compartirlos en este post. Tan sólo describirlos.

  • El uno, mandarina: por causas poco racionales y sin explicación una mayoría de chicos ha votado este aroma
  • El dos, mango y sandía: por esas mismas razones que salen de las tripas, a quien le gustaba el dos mostraba odio acérrimo por el aroma 3
  • El tres, mango y frutos rojos: much*s de quienes lo votan no comprenden de ninguna manera cómo puede haber alguien al que le guste el 1.

Pluralidad empoderada. Asi somos en Emaús. Quién dijo fácil. Y quién dijo que lo fácil fuera interesante. En fin, en este caso, cada persona es un voto. Y este es el resultado de nuestros comicios particulares:

cuadro elecciones emaus olor

116 personas de Emaús han votado. El resultado de los votos ha sido el siguiente: El aroma de mandarina, el uno: 30 votos, el dos de mango y sandía ha logrado 31 votos y el tres de mango y frutos rojos ha alcanzado el mayor número de votos: 55. Asi que “alea jacta est«, Emaús huele a esperanza y a mango y frutos rojos.

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