Emaús y «las sembradoras de esperanzas»

Por Assumpta Ayerdi, responsable del Departamento de incidencia del Grupo Emaús Fundación Social

Chile es un país muy largo, con grandes distancias a recorrer en términos de transporte pero, también, de diversidad cultural, entre realidad urbana y rural, indígena y no indígena. Un país rico en índices macroeconómicos, una potencia minera y agroexportadora. De allí proceden muchas de las verduras y frutas que surten nuestras tiendas. Pero, al mismo tiempo, cuenta con un mundo rural descampesinizado, feminizado, empobrecido. Las mujeres rurales e indígenas chilenas son excluidas o marginadas en su sociedad por las tres premisas que las definen: mujer, rural  e indígena. Muchas de ellas son cabeza de familia, tienen en propiedad una minúscula o ninguna porción de tierra para el cultivo de subsistencia, trabajan como jornaleras en plantaciones agrícolas para la exportación, lo hacen durante jornadas extenuantes y en condiciones precarias e indignas. A menudo sufren, además, violencia en el entorno doméstico y laboral.

Sin embargo, muchas de estas mujeres, en su diversidad, no asisten pasivas a su marginación: se reúnen, denuncian, se capacitan, se organizan, se arriesgan, siembran y venden de otros modos, recuperan y transmiten conocimientos y semillas, se sienten dignas, cobran fuerza interna y externa al unirse.

A finales de este mes tendrá lugar el II Congreso Nacional de ANAMURI (Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas), bajo el lema Una mirada hacia dentro para 1 acción hacia fuera. Luchando contra el capitalismo, el patriarcado y por nuestros derechos. ¡Nosotras tenemos la palabra!

En el contexto de este congreso la organización tiene un gran desafío que, consiste en llevar a cabo un profundo debate que dé cuenta de la situación actual en que se encuentran las mujeres,  así como del impacto del modelo capitalista y patriarcal en el campo, en sus cuerpos, en sus familias, vidas y comunidades; construyendo, a su vez, su agenda de acciones políticas, culturales y de resistencia. Es para nosotras un honor poder participar en este proceso.

Emaús Fundación Social lleva ya varios años colaborando con ANAMURI.  En concreto, en la puesta en marcha de la Escuela de Agroecología para mujeres y en la planificación de su línea de capacitación en incidencia para lideresas.

Desde Emaús Fundación Social creemos que el sistema neoliberal y el orden económico internacional actual son insostenibles y, no por globalizados e imperantes, deben considerarse naturales e inamovibles. Creemos que se debe y se puede optar por planteamientos y acciones transformadoras,  que la incidencia y la participación informada y equitativa de las mujeres como sujeto organizado y actor político, es una de las estrategias clave para ello. En concreto las mujeres, además de ser las más perjudicadas por este modelo, también son las que, en gran parte,  están proponiendo y construyendo alternativas más justas, equitativos, solidarias, que respeten y dignifiquen la vida. Como dice ANAMURI, somos “sembradoras de esperanza”.