Verano triste en #socialBizkaia, en el centro de Emaús en Gamiz

Por #socialBizkaia, centro residencial de Emaús en Gamiz

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El verano ha sido  muy duro en #socialBizkaia. Dos participantes de nuestro centro residencial de Gamiz han fallecido. Eran, nos dicen sus compañer*s,   dos personas muy importantes para nosotr*s: Blas y Fran. En Gamiz, continúan,  nos queda mucho suyo, la valentía, fuerza, trabajo, ganas de ayudar y lucha de Fran y la simpatía, creatividad, amabilidad y humor de Blas. Queremos recordarles con diferentes cosas que les representan, a Fran con su mar y a Blas con su humor.

FRAN

fran

Si mi voz muriera en tierra
Llevadla al nivel del mar
Y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
Y nombradla capitana
De un barco bajel de guerra.
Oh mi voz condecorada
Con la insignia marinera:
Sobre el corazón un ancla
Y sobre el ancla una estrella
Y sobre la estrella el viento
Y sobre el viento una vela.

Rafael Alberti

BLAS

blas

Final alternativo para Caperucita

Caperucita llegó cansada y asustada a la casa de la abuela. Una vez dentro de la casa se sentó en una silla de madera y paja cuando de pronto salió la abuela y se acercó suavemente y le dijo:

  • Hola Caperucita. Qué bonita estas.
La niña un poco extrañada pensó “esta vieja ya le ha vuelto a dar al codo” y para seguir la broma le dijo:
  • Abuelita, que ojos más grandes tienes.
Y la abuelita le dijo:
  • Para verte mejor.
Entonces la niña le dijo:
  • Abuelita que orejas más grandes tienes.
Y esta le contesto:
  • Para oírte mejor.
Y la niña extrañada le dijo:
  • Abuelita me parece que te huele el aliento.
Y esta se mosqueo y se fue a lavarse la boca y entonces la niña pensó. ¡Leches! Esta no es la abuelita, es el lobo. Cuando el lobo volvió de limpiarse los dientes la niña ya no estaba y el lobo se quedó con la boca abierta y los dientes limpios.
Moraleja: “No te fíes ni de las viejas”.

Blas Tello

 

Inventando Santos: SAN CABRERO

En una aldea no muy lejos de aquí residía un pastor de cabras y…

El pastor muy orgulloso de su oficio de gran ganadero se reía de la cortesía de la vida, porque no consumía pienso alguno ¿las cabras? Las mandaba a pastar a las campas del ayuntamiento y haciendo que las cuidaba se llevaba a la alcaldesa y conyuguesa…

Un día el cabrero se fue a otro lugar y el alcalde ese día dio fiesta del pueblo nacional.

Blas Tello

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