Consejo Regional de Emaús Europa
Por Assumpta Aierdi, responsable de Educación e Incidencia en Fundación Emaús
Entre los días 14 y 16 de octubre nos reuníamos en Haarzuilens – precioso pueblo de postal cercano a Utrecht (Holanda) que alberga el mayor castillo del país –representantes de los 17 países en los que Emaús Europa tiene presencia, desde Portugal hasta Ucrania, desde Finlandia hasta Italia.
Este nuevo Consejo – constituido hace aproximadamente un año – es más joven, más equitativo en lo referente a género, con mucha motivación y una cultura de participación bastante activa y madura.
El cansancio de comunicarse en varios idiomas, en idiomas que no son el tuyo, se ha suplido con la voluntad de entenderse, de acercarse a personas que vienen de y viven realidades diversas pero que son parte del mismo movimiento.
En esta ocasión el Consejo se reunía, principalmente, para aprobar su plan de acción. Plan que responde a las resoluciones de la última Asamblea de Emaús Internacional (abril 2016). En este sentido, se propone trabajar principalmente en tres líneas contra las causas de la pobreza: a) economía ética y solidaria, b) justicia social y medioambiental, y c) paz, libertad y ciudadanía universal. Asimismo, se entiende que, toda la labor de solidaridad y de incidencia política llevada a cabo en cada una de estas líneas tiene como base y objetivo la transformación social y, para ello, también es necesario que el propio movimiento y sus grupos se fortalezcan con esta visión.
Resulta evidentemente que la transformación – interna y externa – es un proceso largo y hay mucho por hacer. En el marco de Emaús, aunque las personas delegadas de los diversos países dibujaban escenarios diferentes en cuanto a legislación, situación socio-económica, cultura, etc. había dos temas recurrentes y transversales que se planteaban como reto: el auge de actitudes y posicionamientos xenófobos; así como, el desmantelamiento progresivo del estado de bienestar.
Desde Emaús Fundación Social abordamos la diversidad como riqueza, los derechos como universales, y el bienestar como construir colectivamente vidas que merezcan la pena ser vividas.
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