Sonreír ilumina más

El equipo de comunicación de Emaús y el alumnado del Instituto Usandizaga quiere hacerte sonreir

Imagina que existiese un antídoto que fuese capaz de elevar el ánimo, de mejorar la memoria, de disminuir la  ansiedad, de  reducir las  fobias, de intensificar las emociones y de  estabilizar el metabolismo… y… sobre todo de activar la resilencia.  Es el humor. El sentido del humor. Reírse de uno mismo dicen los expertos no es,  si no un signo de inteligencia. Hasta el próximo día 7 de abril, en la casa de cultura de Loiola e invitamos a sonreír. Recordamos con una sonrisa la figura del Abbé Pierre , fundador del Movimiento Emaús en el mundo, que durante este año se conmemora el décimo aniversario de su fallecimiento.

 Asi que dicho y hecho, hemos hecho un poco de memoria…y han salido a relucir un puñado de anécdotas, que siempre circulan como leyendas urbanas en cenas y reuniones internas…pero que pocas veces suelen trascender. Hemos recogido alguna de ellas y se las hemos pasado al alumnado de Bachillerato Artístico del Instituto Usandizaga.  Y ell*s nos han devuelto 28 ilustraciones fantásticas, con las que parece nos han rejuvenecido un montón.

Una,  pintada con café recuerda la primera tienda que abrió Emaús de Comercio Justo, y que fue la primera en España, basada en este tipo de productos y comercio.

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Sin duda, somos lo que comemos. Que fueron difíciles los comienzos de Emaús, no cabe duda. En Emaús, entonces, se vivía en comunidad. El dinero para la supervivencia era muy justo. Se decidió criar un cerdo para contribuir así a la manutención y un poco de carne en la dieta. A la entidad llegaba mucho pescado rebozado excedentario. Se incluía en el menú diario de los miembros del grupo. También tocó introducir el pescado en la dieta del cerdo, que acabó por cebarse con pescado exclusivamente. Tras la matanza…la sorpresa fue mayúscula. El cerdo  y todas sus piezas !!!sabían a pescado!

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Si es que nos llegan unas cosas y aprendemos de ellas unas cosas… Se tiende a pensar que una guerra es un auténtico frenesí de acción. Las pelis sobre el tema han hecho mucho daño al imaginario colectivo. Pero nada más alejado a la realidad. La historia de las guerras son horas y horas, y después de eso más horas todavía de espera. Muchos soldados hacían tallas, pinturas, … con los medios con los que contaban en su entorno. Tanto fue así que se creó lo que se denomina el arte de trinchera.  A Emaús llegó un obús en el que se había tallado una virgen del Pilar.

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¿Una de las cosas más valiosas que se han recogido en Emaús? De manera consciente…acaso lo fuera una sopera firmada por Dalí, que contenía un certificado de autenticidad en su interior.Otra narración bien poco conocida pero cierta como la vida misma. Las mesitas de noche… Vienen como si fueran mesillas Kinder con sorpresa en el cajón. Uno de los objetos que recogemos en cantidad nada desdeñable y que no se destina ni a la reutilización, ni al reciclaje son los consoladores.

Hace no demasiado. Menudo revuelo que se montó. ¡¡Hasta la Ertzaintza!! ¡¡Solo nos faltó el lector de huesos!!En una de nuestras recogidas ordinarias cuando se procedía a la clasificación… Un cráneo, un fémur, y alguno que otro hueso de brazo. Todo tiene su explicación. Al parecer procedía de la casa de la madre de un médico, donde tenía todavía sus cosas de estudiante.

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¿Sabes que quedarte sin electricidad en un coche eléctrico en la vía pública es como quedarse sin gasolina en un coche de gasolina? Cuando un coche eléctrico marca que queda poca batería, queda NADA de batería. Campaña de sensibilización sobre consumo responsable. Oñati. Terminamos tarde de recoger. Todo el día en el pueblo. Ya cansadas. Entre las cosas que mostrábamos, un coche eléctrico. Entonces todavía estos vehículos eran muy poco vistos. La distancia a la vuelta a Donostia, demasiado para su batería. Llegar a Donostia en el vehículo del futuro nos costó casi como si hubiéramos venido andando: !!!siete horas¡¡¡¡. Al final la Ertzaintza se portó y no nos cayó multa por los pelos.

Venga va. Y terminamos con esta historia.  Es de cuando las oficinas estaban en Uba, camino de. Zona verde, pleno parque natural en Donostia. Hubo un tiempo en el que teníamos como vecinos colindantes a una familia singular. Una familia numerosa que tenían animales tales ocas, gallinas, perros, gatos, … y  un cerdo de bastante buen porte. Siempre lo dejaban suelto. Mordía. El truco era aparcar el coche cerca de la puerta y correr hasta la oficina, antes de que llegara al trote cochino. Cambiaron de cartero. El nuevo no lo sabía.

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