Traperos de Emaús
Por Javier Pradini, Director General del Grupo Emaús Fundación Social
Ser “traperos” nunca ha sido un fin en sí mismo. Nuestra razón de ser ha sido, es y deberá seguir siendo la de un lugar de encuentro entre personas conscientes de su situación de privilegio porque tienen cubiertas sus necesidades y aquellas otras que carecen de lo más elemental y se encuentran en situación de pobreza y exclusión. Y como tal lugar de encuentro debemos de generar oportunidades para poder vivir una vida digna y ayudarles a salir de su situación de pobreza y exclusión al mayor número de personas. Emaús no es una acción para que unos pocos nos sintamos realizados y satisfechos con nosotros mismos, sino que tiene que tener la mirada puesta en ayudar a otras personas. A cuantas más, mejor.
Por eso, para Emaús Fundación Social, el trabajo de “traperos” es un instrumento para propiciar procesos de inserción a quienes están fuera del mercado laboral y darles una oportunidad para mejorar sus condiciones de acceso futuro a un puesto de trabajo en el mercado ordinario.
Por eso, gestionamos centros de acogida e inserción para personas sin hogar, inmigrantes y población en general en situaciones de exclusión social. Y lo hacemos en clave de derechos y de calidad de vida ofreciendo servicios de calidad y con calidez.
Por eso, denunciamos y sensibilizamos a la población y a las instituciones sobre aquellas causas que generan desigualdades y pobreza, el deterioro del medio ambiente y fomentamos el consumo responsable.
Y sobre todo, formamos parte de una gran familia que se llama Emaús Internacional y que fue creada por el Abbé Pierre, el fundador de “los Traperos de Emaús”. En él nos inspiramos y continuamos su legado, adaptándonos a los tiempos actuales, como él lo hizo en sus orígenes para preservar su acción en favor de los más desfavorecidos.
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